Firefox últimamente está sacando una nueva versión mayor cada seis semanas, aproximadamente y cada versión nueva obliga a todos los usuarios a revisar
la compatibilidad de sus extensiones y aplicaciones. En caso de ocurrir
algún error, deben repararlo y actualizar el código para que funcione
bien. Como todo esto resulta molesto para muchos, Mitchell Baker,
representante de Mozilla, ha salido a defender su política con el
argumento de que hay que adaptarse al rápido progreso de la misma red.
Mozilla ha estado una temporada en la retaguardia, viendo que hacían sus
competidores, sobre todo Google Chrome. Y, una vez estudiados los demás
navegadores, ha comenzado a realizar las modificaciones oportunas en el
suyo para la que, en opinión de la fundación, será “la interfaz de
Internet”. Sin embargo, para algunos usuarios como programadores de
complementos y empresas está siendo una gran molestia porque con cada
actualización se deberán revisar las extensiones, para ver si son
compatibles con las nuevas mejoras.
Mitchell Baker no solo ha defendido las actualizaciones, sino que ha argumentado por qué las apoya
al cien por cien: “hay trabajo que hacer para que las actualizaciones
frecuentes sean más cómodas y útiles para nuestra base de usuarios”,
reconoce. Pero “si queremos que el navegador sea la interfaz de
Internet, tenemos que hacer que sea más como Internet. Eso significa
entregar las novedades justo cuando estén listas. Eso significa un
proceso de lanzamientos frecuentes”.
“Si no hacemos algo así, el
navegador se convierte en un factor que limita lo que la red es capaz de
hacer”, concluyó el representante de Mozilla.
09 de septiembre del 2011
la compatibilidad de sus extensiones y aplicaciones. En caso de ocurrir
algún error, deben repararlo y actualizar el código para que funcione
bien. Como todo esto resulta molesto para muchos, Mitchell Baker,
representante de Mozilla, ha salido a defender su política con el
argumento de que hay que adaptarse al rápido progreso de la misma red.
Mozilla ha estado una temporada en la retaguardia, viendo que hacían sus
competidores, sobre todo Google Chrome. Y, una vez estudiados los demás
navegadores, ha comenzado a realizar las modificaciones oportunas en el
suyo para la que, en opinión de la fundación, será “la interfaz de
Internet”. Sin embargo, para algunos usuarios como programadores de
complementos y empresas está siendo una gran molestia porque con cada
actualización se deberán revisar las extensiones, para ver si son
compatibles con las nuevas mejoras.
Mitchell Baker no solo ha defendido las actualizaciones, sino que ha argumentado por qué las apoya
al cien por cien: “hay trabajo que hacer para que las actualizaciones
frecuentes sean más cómodas y útiles para nuestra base de usuarios”,
reconoce. Pero “si queremos que el navegador sea la interfaz de
Internet, tenemos que hacer que sea más como Internet. Eso significa
entregar las novedades justo cuando estén listas. Eso significa un
proceso de lanzamientos frecuentes”.
“Si no hacemos algo así, el
navegador se convierte en un factor que limita lo que la red es capaz de
hacer”, concluyó el representante de Mozilla.
09 de septiembre del 2011